Lunes 18
Guiso de
lentejas/Mandarina
Pan de carne con
espinaca a la crema/Banana
Felisa
volvió. Toda la rabia acumulada durante estos días se diluyó cuando la vi
aparecer. El alma me volvió al cuerpo. Todos mis propósitos de descontarle los
días no trabajados, de tomarlos como parte de las vacaciones, la prevista
charla aclaratoria sobre sus derechos y deberes, recriminatoria y de
advertencia, desvanecidos frente al torbellino de los chicos corriendo a
abrazarla. Cuál habrá sido el revuelo que le permití a María que faltara a la
escuela. ¡No entiendo cómo todavía no se desplomó el cielo!
Recién
terminamos de desayunar. Subí al escritorio con el único objetivo de estar
sola, situación inexistente en los últimos dieciocho días. Acá estoy sentada
frente a la mesa con el café que me traje. Disfrutando de la súbitamente
recuperada insoportable levedad de mi
ser. Bach en la radio.
El
momento perfecto fue muy breve. Felisa está colgando la ropa, María le va dando
los broches, instante en el que escucho que la nena dice suerte, Feli, que volviste, pobrecita mi mamá, estaba muy mal; no nos
aguantaba más.
Se me fueron las ganas de seguir escribiendo.
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