martes, 30 de diciembre de 2014

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Martes 26
No es solo la necesidad de postergar la despedida: me pasaron cosas importantes desde la última palabra de anoche.
Luego de disfrutar Entre la letra y la sangre, apagué la luz pensando que dormiría. Inmediatamente me di cuenta de que no era la misma que antes de asomarme a esas hojas. La primera sensación fue la de que había descubierto (Sábato me había hecho descubrir) una nueva visión del arte, de la literatura La segunda, que tenía que dedicarme a escribir. Encendí el velador y empecé a garabatear las ideas que se me agolpaban. Había tomado unas pocas notas cuando sentí los pasos de Luis. En cinco minutos estaba comprometida, por su intermedio, a redactar para el día siguiente una nota invitando a una charla para padres sobre Educación Sexual. Luis bajó y volvió con la fecha de la reunión y dos tazas de café. Me puse a trabajar y me olvidé de la revelación de hacía unos instantes. Me dormí tardísimo.
 Pero parece que hoy es el día D. Eureka. Decidí que escribiré una novela en la que, basándome en algunos hitos de mi propia historia, intercalaré los cuentos y poesías escritos en los momentos descriptos. Dediqué toda la mañana a revisar mi pasado literario. A elegir y desechar. A intentar separarlos por rubros, a ordenarlos cronológicamente. Qué insólita mezcla de personajes, de épocas, de estados anímicos. Como duendes de un sueño fueron apareciendo en forma confusa y abigarrada, todos los que quise, todos los que me quisieron. Sin embargo, necesito un hilo conductor, que se me escapa. ¿Y si me decido por una novela epistolar?  ¡Esa sería una buena manera de intercalar tanto material acumulado!

¡Uy!, ya son las tres. Si no me apuro llegaré tarde. Y hoy no quiero perderme ni un minuto. Voy para allí, Ana María. Espéreme, no empiece sin mí.

1 comentario:

  1. Yima, no había entrado a este espacio del Blog. Me encantó leer este diario. Me resultó tan familiar". Totalmente identificada con la crianza de mis tres hijos! Me reí tanto con el "menú semanal" jaja.. un horror! (también lo viví y terminé ofreciéndoles fideos con manteca =) Cuántos sentimientos llevamos las madres en épocas de crianza, entre ellos la culpa...

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